El biometano, como alternativa baja en carbono al gas natural convencional, está ayudando a las empresas a cumplir con los requisitos del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la UE (RCDE UE, o EU ETS por sus siglas en inglés). Su capacidad para reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) lo convierte en una herramienta clave para alcanzar los objetivos de descarbonización y apoyar la transición energética, alejándo a las organizaciones de los combustibles fósiles. 

En toda la región EMEA, la adopción de energía renovable se está acelerando, y el biometano lidera este movimiento. La UE ha establecido un ambicioso objetivo de producir 35 mil millones de metros cúbicos anuales para 2030, subrayando su compromiso con la ampliación de soluciones energéticas sostenibles. Al mismo tiempo, el aumento en los costos de los derechos de emisión y las crecientes exigencias regulatorias han impulsado la necesidad de certificados de biometano, garantizando la transparencia y la verificabilidad en la adquisición de energía renovable. 

Sigue leyendo para conocer más sobre el papel creciente del biometano en el panorama energético y por qué es un componente fundamental para cumplir con las obligaciones del RCDE de la UE. 

El biometano se genera a través de la digestión anaeróobica de residuos orgánicos, capturando metano que de otro modo se liberaría a la atmósfera y refinándolo como una fuente de energía de alta calidad. Este proceso no solo reduce las emisiones de GEI, sino que también promueve el reciclaje de residuos, produciendo digestatos que pueden reemplazar fertilizantes químicos, reduciendo aún más las emisiones agrícolas. 

Al ser un sustituto del gas de origen fósiles, el biometano puede inyectarse directamente en la red de gas natural existente. Reduce la dependencia de combustibles fósiles importados, garantiza la estabilidad del suministro y permite a las industrias disminuir las emisiones del Alcance 1, lo que lo convierte en una herramienta vital para la descarbonización. Integrar el biometano en los sistemas energéticos ayuda a las empresas a alinearse con sus objetivos de sostenibilidad y a cumplir con marcos regulatorios como el RCDE UE. 

Además, el biometano contribuye a la economía circular al convertir residuos agrícolas y orgánicos en energía, mejorando la eficiencia de recursos y mitigando impactos ambientales.

El RCDE de la UE es uno de los mercados de carbono más grandes del mundo, diseñado para reducir emisiones en industrias clave. Introducido en 2005, establece un límite decreciente de emisiones y requiere que las empresas entreguen derechos de emisiones en función de su huella de carbono. 

El biometano puede apoyar tu cumplimiento con el RCDE de la UE mediante: 

• Menores costos de cumplimiento: Según el precio de los certificados de biometano elegibles, puede ser una alternativa a la compra de derechos de emisiones (EUA, por sus siglas en inglés). 

• Su factor de emisión cero: El biometano puede asignarse un factor de emisión cero si cumple con los criterios de sostenibilidad y ahorro de GEI. 

• Uso voluntario para el Alcance 1: Usa los mismos certificados de biometano para reportar menores emisiones del Alcance 1. El biometano puede tener emisiones nulas o casi nulas. 

• Certificados de biometano: Su uso práctico puede variar según las regulaciones nacionales de cada Estado miembro. En la mayoría de los casos, se requiere una Garantía de Origen del Biometano y la prueba correspondiente de sostenibilidad para declarar emisiones cero en el RCDE de la UE. 

Con la creciente demanda de gas renovable, el biometano ofrece una vía práctica y rentable para que las empresas se alineen con los objetivos climáticos a largo plazo de la UE y optimicen su estrategia energética.