La importancia de los créditos de carbono en la lucha contra el cambio climático

El proceso de descarbonización puede parecer de entrada una tarea abrumadora. Y digo de entrada porque, por suerte, existen marcos y guías elaborados para guiar e indicar los pasos concretos a seguir para alcanzar las metas climáticas de tu empresa. A lo largo de las siguientes líneas vamos a ver las estrategias, los objetivos realistas a los que aspira tu organización y el papel que juegan los créditos de carbono en la reducción de la huella de carbono de tu proyecto.

En marzo de 2023, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU publicó su Sexto Informe de Evaluación (AR6). En este se advertía que, con un alto grado de probabilidad, las temperaturas globales superarán los 1.5 °C en comparación con los niveles preindustriales entre los años 2030 y 2052, a menos que se aceleren significativamente los esfuerzos de mitigación. Este informe viene a confirmar lo apuntado en evaluaciones previas y subraya la necesidad de reducir emisiones de manera inmediata y sostenida en el tiempo. 

En la COP28, celebrada en diciembre de 2023, el Climate Action Tracker pronosticó que las políticas globales actuales llevarían a un aumento de temperatura de aproximadamente 2.7 °C para 2100. Estas proyecciones ponen de manifiesto la urgencia de diseñar y poner en marcha acciones coordinadas y medibles por parte de gobiernos, las industrias y las organizaciones para cumplir con los objetivos climáticos. 

En un contexto como este, y teniendo en cuenta tanto el Acuerdo de París como los nuevos estándares climáticos internacionales, alcanzar las cero emisiones netas es un esfuerzo vital que las empresas deben asumir hoy para proteger nuestro futuro. No obstante, el camino hacia el cero neto requiere un compromiso significativo de todas las partes, tanto a nivel interno como externo, a lo largo de las cadenas de valor. Las empresas que asuman este compromiso deben comprender qué significa el cero neto desde una perspectiva científica y cómo actuar en consecuencia con sus planes de reducción de emisiones. 

Las empresas que quieran unirse al esfuerzo global para alcanzar el cero neto deben, en primer lugar, sus ambiciones y objetivos, y confirmar que estos son científicamente posibles. No menos importante es familiarizarse con los diferentes marcos y estándares que existen a nivel nacional e internacional para poder implementar su proceso de descarbonización. 

En busca de ayudar a las empresas a alcanzar ambiciosas metas de emisiones, la SBTi lanzó en octubre de 2021, justo antes de que tuviera lugar la COP26, la iniciativa Net-Zero. Un estándar que trata de proporcionar marcos válidos y guías científicas, así como brindar herramientas de referencia para establecer metas realistas que permitan a las corporaciones alcanzar sus objetivos corporativos en materia de sostenibilidad. 

A pesar de la complejidad del camino hacia el cero neto, el estándar de la SBTi lo desglosa en dos plazos clave y varias acciones adicionales: 

  1. Establecer objetivos a corto plazo basados en la ciencia: metas de reducción de emisiones para 5-10 años destinadas a evitar que el aumento se incremente más allá de los 1.5 °C.  

  2. Establecer objetivos a largo plazo basados en la ciencia: la mayoría de las empresas deben reducir sus emisiones en al menos un 90% antes de 2050 (las que forman parte del sector forestal y agrícola deben reducirlas en al menos un 80%).  

  3. Mitigar emisiones fuera de la cadena de valor: tomar medidas para abordar emisiones más allá de su cadena de valor, por ejemplo, mediante la compra de créditos REDD+ de alta calidad o inversiones en captura directa de aire.  

  4. Neutralizar emisiones residuales: compensar las emisiones restantes con métodos permanentes de eliminación de carbono.  
     

Aunque el estándar Net-Zero especifica que los créditos de carbono no cuentan para los objetivos de reducción de emisiones a corto y largo plazo, alienta a las empresas a financiar iniciativas climáticas adicionales. En este punto es importante señalar que los créditos de carbono pueden servir para compensar y neutralizar emisiones, así como para apoyar proyectos a largo plazo que fomenten la acción climática. 

Lo primero que se debe hacer para pasar de las palabras a la acción es definir con precisión tanto metas a corto plazo como a largo que estén en consonancia con el Acuerdo de París y el estándar Net-Zero. 

Para establecer metas concretas y objetivos realistas, las empresas deben analizar sus emisiones y su posición dentro de los tres alcances del Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Este análisis facilita la planificación y gestión de estrategias de reducción. 

Por ejemplo, las empresas pueden fijar objetivos de reducción de emisiones a corto plazo, con un horizonte de cinco a diez años, centrados en las emisiones de los Alcances 1 y 2. Una vez definido este objetivo, podrán trazar una estrategia y progresar hacia metas más ambiciosas a largo plazo. 

La mejor forma y más detallada de definir estos objetivos pasa por registrarse en la SBTi y establecer metas basadas en la ciencia (SBTs), ya que proporciona orientación personalizada para cada sector y posiciona las metas en un marco común compartido por más de mil compañías. Algo especialmente útil si gran parte de tus emisiones corresponden al Alcance 3 y, por tanto, están fuera de tu estricto control directo. La guía del estándar Net-Zero para este alcance históricamente complejo facilita significativamente el cumplimiento de los objetivos de emisiones. 

Solo cuando las empresas conocen realmente de dónde proceden sus emisiones, están en condiciones de reducirlas y eliminarlas.  

Para poder alcanzar el objetivo de emisiones netas igual a cero en el año 2025 (o antes si tienes un plan más ambicioso), lo primero que debes hacer es abordar las emisiones internas. Dependiendo de cuál sea tu industria y sector, deberás reducir en alrededor del 90% las emisiones tanto de tu cadena de suministro como de tus operaciones para poder cumplir con esta meta. 

Una medida práctica para reducir tus emisiones de Alcance 2 consistiría en sustituir el consumo eléctrico de origen fósi por fuentes renovables. Por otro lado, implementar mejoras de eficiencia energética en tus instalaciones puede ayudarte a reducir las emisiones del Alcance 1 y promover la reducción de emisiones entre tus proveedores a reducir las de Alcance 3. El estándar Net-Zero ofrece guías específicas para tratar las emisiones Alcance 3, todo un reto, ya que escapa al control directo de las empresas. 

Mientras implementas acciones para reducir las emisiones en tus operaciones y cadena de valor, tanto si lo haces de manera rápida o progresiva en base a tus objetivos, tienes la opción de compensar y neutralizar tus emisiones comprando y cancelando créditos de carbono. Conforme te vayas acercando a tus objetivos a largo plazo para una descarbonización más completa, podrás incluir eliminaciones de carbono que cubran entre el 5% y el 10% de las emisiones restantes. 

Financiar de inmediato proyectos climáticos de alto impacto que generen créditos de carbono complementará tus acciones internas. Esto impulsará la reducción y eliminación de emisiones fuera del alcance de tu empresa y ayudará a otras organizaciones y comunidades a lograr un impacto positivo mientras trabajas en la mitigación de tu huella de carbono. 

Aunque la SBTi no permite usar créditos de carbono para reducir oficialmente las emisiones, deja claro que se trata de herramientas de apoyo que respaldan la acción climática. Los créditos de eliminación financian proyectos que eliminan CO₂ y GEI, mientras que los de evitación y reducción reflejan una disminución en la reducción de emisiones, en comparación con las habituales. 

Al movilizar recursos financieros para proyectos climáticos, los créditos de carbono permiten ir un paso más allá de las metas fijadas inicialmente. Por ejemplo, los créditos de eliminación de carbono financian iniciativas en favor de la naturaleza como la forestación, el secuestro de carbono en suelos y la recuperación de humedales. Además, apoyan desarrollos tecnológicos como la captura y almacenamiento de carbono (BECCS) y la captura directa de aire con almacenamiento de carbono (DACCS). 

Los proyectos de evitación y reducción disminuyen o eliminan emisiones de CO₂ mediante diversas medidas. Sustituir la generación de electricidad en plantas de carbón por opciones más renovables, o proporcionar estufas más eficientes a comunidades en vías de desarrollo, son claros ejemplos de iniciativas que generan este tipo de créditos. Las empresas que compran estos créditos pueden demostrar que están compensando emisiones residuales o difíciles de reducir. 

Estos beneficios ambientales, económicos y sociales están impulsando, en parte, el enorme crecimiento del mercado voluntario de carbono. Dicho esto, es importante reiterar que las empresas no pueden utilizar créditos de carbono para posteriormente regresar a sus prácticas habituales. Tomar medidas capaces de generar un impacto real implica realizar cambios concretos que reduzcan las emisiones en la cadena de valor. Cuando se combinan iniciativas internas de reducción de emisiones con la financiación climática del sector privado, se consiguen aportaciones sostenibles al objetivo global de mitigar la crisis climática. 

Comprar créditos de carbono, ya sean de evitación, reducción o eliminación, te ofrece la oportunidad de compensar emisiones residuales e impulsar proyectos con resultados tangibles. 

Una alternativa más ambiciosa sería involucrarse directamente en el desarrollo de un proyecto de acción climática de alto impacto desde cero. En ACT Group, trabajamos con socios locales en todo el mundo para desarrollar iniciativas como proyectos de reforestación y programas que proporcionan estufas mejoradas a familias en economías emergentes, optimizando la eficiencia energética y reduciendo las emisiones. 

Trabajar mano a mano con un desarrollador de proyectos como ACT para desarrollar un proyecto climático de alto impacto ofrece estabilidad frente a la incertidumbre del mercado voluntario, garantizando un suministro constante de créditos de carbono cada año y un impacto sostenible y duradero en el tiempo. 

Invertir en el desarrollo de proyectos también implica tener mayor control sobre el impacto que puedes generar. Estos te permiten elegir tecnologías y metodologías que maximicen las eliminaciones y reducciones, promoviendo un desarrollo sostenible en las áreas donde se implementa el proyecto. Aunque no afecta directamente tus objetivos internos de emisiones, esta acción es una poderosa declaración de intenciones hacia otras empresas que refleja tu compromiso con la neutralidad de carbono y por la consecución de los objetivos climáticos más ambiciosos a nivel global. 

Comienza hoy tu camino hacia las emisiones netas cero. Ponte en contacto con nuestro equipo de expertos para descubrir soluciones personalizadas adaptadas a tus ambiciones medioambientales.